
Editorial

Ejercicio realizado durante el curso de Fernanda Cohen para un artículo editorial que saldría en un diario.
Nos proporcionaron un una columna escrita por un doctor, basada en cartas que le escribían los lectores.
La consigna remarcaba que se debía destacar solo aspectos positivos al respecto, respetando lo que describe el articulo.

Herramienta: Granito
Texto proporcionado
Apatía sexual en los hombres.
PREGUNTA
Dr.: Tengo 46 años y estoy casada hace 17. De a poco llegamos a no tener relaciones sexuales. Él no tiene deseo y se concentra solo en su trabajo. Es muy buena persona y padre y no creo que me engañe. Le da vergüenza consultar. ¿Qué puede ser?
C. R. T., Ezeiza, p. de Buenos Aires.
RESPUESTA
La falta de deseo sexual en los hombres es un hecho cada vez más frecuente (lo padece 1 de cada 4) pero son muy pocos los que se animan a consultar aunque puedan estar preocupados al respecto, y se suelen tranquilizar atribuyéndole al estrés o a hechos circunstanciales que puedan estar atravesando.La apatía sexual no es sólo la carencia de interés por la relación sexual sino incluye la ausencia de toda expresión sexual (falta de pensamientos, ensoñaciones y fantasías sexuales, no percibir el atractivo de las personas, masturbación).
Muchas causas pueden provocarla. Uno, universal y relacionado con la época, son los cambios en los roles de género, donde la mujer en la actualidad es más independiente, tiene mayor poder, autonomía y está más abierta al desarrollo y goce de su sexualidad que en otros tiempos. Esto puede inhibir a algunos hombres dejando atrás la imagen prototípica de perseguidor de mujeres con fines sexuales. A veces parece que ocurriera lo opuesto.
Otras causas son psicológicas o físicas. Entre las primeras se pueden enumerar un bajo nivel de autoestima, un estado depresivo enmascarado, la pobre opinión de la imagen corporal, ansiedad, fracasos sexuales previos, expectativas exigentes sobre el rendimiento, la inhibición para expresar los gustos y preferencias sexuales, antecedentes de abusos infantiles. Vale destacar el poderoso papel de las rutinas en los hábitos sexuales que suelen llevar al cansancio y aburrimiento, factores que disminuyen el deseo de manera selectiva sea con la pareja habitual o ante otros eventuales posibles contactos
por fuera de ella. Las conductas estereotipadas son, con frecuencia, resultantes de una inadecuada educación sexual que estableció normas rígidas de acción, la valoración de lo “correcto”, “una forma normal»; de llevar a cabo la relación sexual o apreciar más el rendimiento que el placer.
Por su lado, las causas físicas son múltiples pero es conveniente subrayar la importancia de dos de ellas: los factores hormonales y la acción de algunos medicamentos y drogas. El incremento de algunas hormonas (prolactina, cortisol, insulina) o la disminución de otras (testosterona, hormonas tiroideas) son poderosos factores que muchas veces no reciben la merecida atención.
El consumo de medicamentos necesarios para el tratamiento de diversas afecciones también suelen afectar el deseo sexual por los efectos secundarios que pueden producir. Ejemplos son los antidepresivos, ansiolíticos, diuréticos, beta bloqueantes, antihipertensivos, algunos anticonceptivos orales, antihistamínicos. Todas las sustancias de abuso (alcohol, éxtasis, cocaína, marihuana) carecen de efectos estimulantes y aunque pueden desinhibir inicialmente a quien las usa suelen perturbar su función sexual.
La salud sexual no proviene del mero contacto genital sino de la capacidad de integrar
factores somáticos, emocionales e intelectuales que enriquezcan la personalidad, la comunicación, el placer y el amor. En este marco, suele ser un factor de prevención de malestares que aparecen ante su ausencia.